Aseguran que el litro de nafta podría llegar a costar $50 en nuestra provincia a fin de año
Así lo indican estudios privados para la la nafta premium.
El movimiento del dólar, el precio internacional del petróleo y el valor del biodiésel, son las tres variables principales a la hora de definir el precio de las naftas en la Argentina. En un escenario de alta volatilidad en dos de las tres patas, el precio del combustible se hace impredecible y los pronósticos varían semana a semana.
Pero en lo que parece que sí hay certeza es que los aumentos seguirán de manera paulatina, hasta fin de año, producto de un atraso en el precio actual del orden del 20% para la nafta súper.
Guillermo Lego, gerente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (Cecha, que agrupa a estaciones de servicio de todo el país), dio su visión a Tiempo: “Hoy, el atraso más racional, con los valores que actualmente tienen el crudo y el dólar, es de entre el 20 y el 22%, tanto en la nafta súper como en el gasoil común”.
Sin embargo, “en los productos premium, tanto en naftas como en diésel, el atraso oscila en torno del 6%”, planteó.
Según datos de Cecha, entre julio 2017 y julio 2018 el consumo de nafta súper creció un 4,96%, mientras que el de las premium apenas lo hizo en un 0,28 por ciento. Como ocurre en casi todos los ámbitos de consumo, las personas se inclinan por un precio más bajo en detrimento de la calidad.
Naftas más caras en el interior
En Misiones, Chaco y Tucumán, el precio de la Infinia ya superó los 40 pesos. Un informe de Economic Trend indicó que podría llegar a $ 50 el litro en diciembre.
Desde octubre último, cuando el gobierno decidió liberar los precios de los combustibles, las naftas aumentaron un 52% (de $ 19,75 a $ 30 la súper de YPF); el dólar se devaluó un 72% (de $ 18 a $ 31) y el precio del crudo subió un 32% (de U$S 57 a U$S 75).
Así las cosas, en octubre pasado, se necesitaban $ 1000 para comprar un barril de crudo, mientras que hoy se necesitan $ 2350; es decir, más de un 100% de diferencia. “Obviamente, las compañías van a querer recuperar rentabilidad”, razonó Lego.
El próximo aumento –asegurado– será en septiembre, cuando actualice el Impuesto a la Transferencia de los Combustibles (ITC) en base a la inflación del trimestre previo, en este caso un 8,7 por ciento. En junio, la inflación acumulada que se tuvo en cuenta para el ajuste fue del 6,6%, que se tradujo en un aumento del 1,7 por ciento. Por tanto, la suba de septiembre superaría el 2 por ciento.
El último aumento fue hace diez días, cuando el gobierno incrementó el precio del biodiésel en un 5,5 por ciento. Esto provocó que YPF aumentara los combustibles en un 1 por ciento.

